Un empresario tiene siempre en el punto de mira la posibilidad de crecimiento. Una de las mejores formas para hacerlo es mediante las fusiones o adquisiciones.
Se trata de un procedimiento cada vez más común en mercados competitivos y necesita de herramientas que faciliten el trabajo. Uno de las más relevantes es la Due Diligence financiera.
Sigue leyendo y descubre en qué consiste la Due Diligence, qué debes tener en cuenta y repasa algún ejemplo.
¿Qué es una Due Diligence?
La Due Diligence es una investigación o auditoría realizada por consultores externos. Estos examinan de forma detallada las áreas de la empresa para determinar el cumplimiento de sus obligaciones con la «diligencia debida» y si no existen riesgos legales.
Esta herramienta se suele utilizar en procesos de venta y, sobre todo, cuando hay inversores interesados en acudir a una ronda. Suele realizarse una vez la negociación ya ha comenzado. Antes del informe, lo más común es que ya haya una oferta vinculante (a expensas de que el informe sea positivo).
Además, previamente a la elaboración del informe y al traspaso de información, se realiza un Acuerdo de Confidencialidad.
Por estos motivos se trata de un proceso encaminado a facilitar la toma de decisiones de cara a llevar a cabo, o no, un acuerdo de compraventa. Un buen informe tiene en cuenta no solo una imagen estática de la compañía, sino que también señala aspectos relacionados con la evolución de la Sociedad y sus implicaciones en el futuro.
Ejemplo de Due Diligence
No existe una única forma de realizar una Due Diligence financiera. En lo que concuerda cualquier ejemplo es en la necesidad de tener en cuenta todos los aspectos financieros y contextualizarlos.
Cuanto más exhaustivo sea el análisis, más fidedignas serán las conclusiones. Estos son algunos ejemplos de acciones que deberían tenerse en cuenta:
- Información financiera de los últimos 3 ejercicios: este debe incluir los datos de ventas, beneficios brutos, clientes, flujos, cuentas de resultados, información sobre los datos previstos y los reales, etc.
- Proyecciones financieras: igualmente es importante conocer cuáles son los ingresos esperados para los próximos años, qué estrategia se ha fijado, políticas de la compañía, elementos de riesgo, factores de crecimiento, etc.
- Análisis del producto: informe sobre el producto que comercia la compañía, costes que genera, rentabilidad, cuota de mercado, tasa de crecimiento, etc.
- Estructura del capital: conocimiento de los instrumentos de deuda, organización de las participaciones sociales, derechos de accionistas.
- Revisión de la base de datos de clientes: permite conocer a los principales clientes de la empresa, cuáles son los más estratégicos y qué porcentaje de ingresos representan.
- Revisión de la base de datos de proveedores: descubrir cuáles ofrecen mejor su servicio, quiénes destacan por sus precios, puntualidad o la evolución en las negociaciones.
- Análisis de la competencia: permite poner los datos en el contexto del sector. Conocer cuáles son los principales competidores y qué posición ocupa la compañía en el mercado.
¿Qué revisar en una Due Diligence?
Generalmente, antes de iniciar el proceso se solicitan una serie de informaciones que deben facilitarse para hacer el informe. Suelen incluir contratos, organigrama de la empresa, títulos de propiedad, convenios colectivos y certificados de la Seguridad Social, propiedad industrial e intelectual, toda la información fiscal, cuentas anuales de los últimos años y licencias de actividad.
En caso de que la empresa no entregue o no disponga de alguna información deberá justificar los motivos.
El proceso de Due Diligence
El contexto de la compraventa y de los participantes marcará unas diferencias entre cada proceso. Sin embargo, sí que suelen existir cuatro etapas diferentes:
Planificación
Primero se programa el trabajo, se indican los objetivos y se elige al equipo que participará.
Análisis
El equipo escogido analizará toda la información que se le ha otorgado y elaborará un informe en el que se incluya la información dada en los ejemplos (dependiendo de la extensión).
En definitiva se analiza el negocio, los flujos de caja, la deuda a corto y largo plazo, los activos y pasivos de la compañía, los datos históricos o las proyecciones financieras.
Confirmación y conclusiones
En base a la información recopilada y al análisis, se presenta al posible comprador las conclusiones sobre la empresa que ha sido objeto de estudio. También se incluye al vendedor para poder revisar la fiabilidad de los datos.
Informe final
El proceso cierra con un informe definitivo en el que se incluye el objetivo y alcance de la Due Diligence así como un resumen ejecutivo con los aspectos tratados.
Es decir, es el documento final con el que analizan que no existe ningún tipo de contingencia a nivel financiero en la compraventa.
¿Cuánto se tarda en hacer una Due Diligence?
La duración de la Due Diligence depende del tamaño de la empresa y de la profundidad del informe. En el mejor de los casos el proceso durará un mes, aunque en operaciones complejas puede extenderse un trimestre o más.
En todo caso, debes saber que cualquier proceso de compraventa es muy complejo. Apóyate en expertos y conseguirás el mejor acuerdo posible.