Hay muchos motivos por los que una empresa puede decidir pasar por un proceso de reestructuración financiera. Las dificultades económicas, el avance tecnológico o la falta de clientes son algunos de los motivos en los que se suele pensar.
Sin embargo, también hay otras opciones como querer proteger el patrimonio de la compañía, separar la actividad empresarial de algunas inversiones o eliminar aquellas áreas de actividad que puedan suponer un lastre.
Aunque pasar por una situación así no es agradable y se trata de un proceso complejo, puede traer consecuencias positivas. Sigue leyendo y te explicamos los detalles más importantes y cómo realizar una planificación cuidadosa para tener éxito.
¿Qué significa reestructuración financiera?
La restructuración financiera es una herramienta de negociación dirigida a evitar impagos y reorganizar la deuda. Es decir, es una opción más para aquellas compañías con falta de liquidez o que quieren mejorar la rentabilidad de la compañía.
Esto puede provocar ajustes tanto en el activo como en el pasivo del balance. Dicho de otra manera, puede suponer una reorganización de la entidad, renegociación de las deudas, venta de patrimonio, etc.
¿Cómo hacer una reestructuración financiera?
La reestructuración financiera de empresas debe ser un proceso bien planificado y ejecutado para garantizar su éxito. Además, hay una serie de beneficios a tener en cuenta:
Disminución de la deuda: cuando se ve amenazada la viabilidad de la entidad, es necesario renegociar la deuda para que tenga un tamaño asumible por la compañía. Hay que plantearlo como una oportunidad para afrontar los cambios en el sector.
Eliminación de actividades no rentables: uno de los objetivos tiene que ser poner en valor aquellas áreas que generen una mayor liquidez y dotarles de todos los activos posibles, mientras que aquellas áreas con menor rentabilidad deben ser revisadas.
Proteger el patrimonio de la compañía: esta herramienta permite separar los activos que tienen que ver con la actividad de la compañía de los que no. En caso de venta también ayudaría a que no haya exceso de tesorería y valorar el negocio únicamente por su actividad.
Estos son algunos pasos importantes a seguir durante el proceso:
- Evaluar la situación financiera actual de la empresa.
- Establecer objetivos y metas claras para la reestructuración.
- Desarrollar un plan de acción.
No te preocupes, ahora desarrollaremos alguno de estos puntos.
Evaluación de la situación financiera actual
Antes de iniciar cualquier proceso de reestructuración financiera, es esencial hacer una evaluación detallada de la situación. Debe incluir una revisión completa de los estados financieros, la identificación de los principales problemas y una evaluación de la capacidad de la compañía para generar flujos de efectivo positivos.
El objetivo de esta etapa es saber dónde está la entidad y qué problemas afronta. Es decir, hay que evitar el colapso de la organización.
Establecimiento de objetivos y metas
Es muy importante fijar bien los objetivos y primeros pasos a seguir -aunque puedan no ser agradables- para conseguir llegar a las metas. Además, tienen que ser medibles y basarse en la evolución de la situación de la compañía. Algunos ejemplos de objetivos y metas comunes incluyen la reducción de costos, la mejora de la rentabilidad y la disminución del endeudamiento.
Por ejemplo, será necesario tomar decisiones complicadas como vender activos que no sean necesarios, reducir la cartera de productos o, incluso, optar por la reducción de plantilla.
¿Cómo me afecta una reestructuración de crédito?
Si eres un deudor que se ha visto afectado por una reestructuración de crédito, es posible que notes algunos cambios en tus condiciones de pago. Por ejemplo, es posible que se te ofrezca una extensión de plazo para pagar tu deuda o una reducción en la tasa de interés.
Es importante recordar que estas opciones de reestructuración de crédito están diseñadas para ayudar a los deudores a pagar de manera más efectiva y no para perjudicarlos. Sin embargo, también es crucial leer cuidadosamente los términos de cualquier acuerdo de reestructuración de crédito antes de aceptarlo, ya que podría tener implicaciones a largo plazo para las finanzas personales.
¿Qué es mejor refinanciar o reestructurar las deudas?
La decisión sobre refinanciar o reestructurar una deuda dependerá de la situación de la empresa y de sus posibilidades. En todo caso, lo que hay que tener claro es que son dos conceptos diferentes.
La reestructuración consiste en cambiar el plan de pago y modificar los acuerdos establecidos y se basa en todo lo que hemos explicado anteriormente. En cambio, la refinanciación consiste en sustituir unos acuerdos por otros nuevos con condiciones diferentes.
La reestructuración de la deuda de una empresa es uno de los procesos más complejos que pueden existir, pero es una herramienta muy útil en un contexto de proceso de venta. Por ello, lo mejor es que te apoyes en personas especializadas.
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